Islas Cícladas, tierra de capillas

Al estar más de dos meses enteros viajando por las Islas Cícladas, a uno le queda constancia de la importancia que los isleños helenos le dieron, le dan, al mar. Marineros, pescadores, comerciantes... todos utilizaron el mar como vínculo entre islas.

Como se puede imaginar, muchas vidas se perdieron en el mar. Sin tecnología moderna, sin ayudas para la navegación o de búsqueda y rescate, navegar por el bravo mar Egeo podía resultar peligroso y a veces fatal. Con este motivo, se construyeron capillas para rezar por los familiares perdidos, o simplemente para proteger a los marinos de los peligros que les acechaban. Estas capillas se erigían en lugares especiales como en pequeñas islas, o a veces, en unas simples rocas o en un cabo ventoso.

Hay cientos de ellas repartidas por todas las islas. Algunas están abandonadas o descuidadas, pero todas, una vez al año, dan la bienvenida a una peregrinación de la familia, aldea rural o parientes para rezar a sus seres queridos perdidos en el mar.